domingo, 25 de julio de 2010

Un paso más hacia la igualdad


Días atrás se aprobó la ley de matrimonio entre parejas del mismo sexo. Un derecho que, a pesar de voces retrógradas que perduran y hacen ruido hoy en día, debió existir desde un primer momento.
Nuestra Constitución, el 'libro sagrado' de todo país soberano y democrático, sostiene que todos los seres humanos somos iguales ante la ley, sin distinción de raza, religión, sexo, ideología ni clase social. Principio que también se pone de manifiesto en una institución tan histórica como controvertida como lo es la Ilgesia. "Todos somos iguales ante los ojos de Dios" según 'reza' ese 'principio' religioso.
Sin embargo, a la hora de derimir cuestiones relacionadas a la igualdad, a la libertad de elegir y ser elegidos por quienes nos aman, los referentes de dicha institución salen con los tapones de punta a defender a ultranza los 'supuestos básicos' incorruptibles sobre el género, la sexualidad y la orientación que cada uno y cada una deberíamos sí o sí elegir, sugún sus preceptos. Carl Marx dijo hace mucho tiempo: "la religión es el opio del pueblo". Será cuestión de ver cuán equivocado estaba, haciendo referencia a todos los acontecimientos que, a lo largo de la historia, se sucedieron y en los que la Iglesia ha jugado un papel decisivo y trascendental en lo que a igualdad de derechos se refiere. Cada uno y cada una sacará sus propias conclusiones. Eso sí...para que eso ocurra, deberíamos dejar de lado -de una vez por todas- nuestros preconceptos, estereotipos y no defender lo indefendible por el simple hecho de no quebrantar nuestras ideologías que sólo se mantienen por el peso de la historia, pero que ya dejan de ser creíbles al carecer de fundamentos lógicos. El tiempo dirá...

Díaz Lozano, Mariano

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