lunes, 23 de agosto de 2010

ABERRANTE

Otro caso de Femicidio: murió Fátima

La joven fue prendida fuego por su pareja y tras días de agonía falleció ayer en el hospital San Martín de nuestra ciudad. Un “detalle”: estaba embarazada

Otro caso y van…Fátima Catán, una joven de la localidad de Villa Fiorito fue otra víctima más de la violencia hacia la mujer. Un hecho que se suma a la larga e interminable lista de femicidios ocurridos en la Argentina, donde la violencia de género tratada como problemática social brilla por su ausencia.

Mientras los medios de comunicación, fieles al amarillismo y al horror tratado como cuasi espectáculo de telenovela sostenían que había sido un ‘confuso episodio’ y que no se sabía qué grado de culpabilidad había tenido el novio en el hecho, la realidad y los antecedentes de violencia en la pareja, hablan por sí solos.

El horrible episodio ocurrió en el domicilio que mantenía la pareja en Villa Fiorito, partido de Lomas de Zamora. La joven fue quemada con alcohol y prendida fuego por su novio Martín Santillán. Había sido derivada con urgencia al hospital platense con el 85 por ciento del cuerpo comprometido con graves quemaduras de distinto grado. La joven seguía conectada a un respirador mecánico y con un coma farmacológico inducido. Los médicos habían señalado que tenía ’quemaduras de grado 4, el más grave de todos’ principalmente en cuello, tórax y abdomen.

“Algo habrá hecho”

El caso de Fátima se suma a la violencia de la que son víctimas las mujeres a diario y que reclama una vez más, por parte del Estado, tratar la violencia de género como un problema socio-cultural histórico que requiere de una toma de decisiones políticas inmediatas.
Pero al mismo tiempo, los medios y parte de la sociedad se encargan de minimizar hechos como éste reduciéndolos a ‘dramas domésticos’ o ‘cuestiones de pareja’. Asimismo, varios medios de comunicación barajaban la posibilidad de que Fátima, que trabajaba en un boliche nocturno, andaba en ‘algo raro’. Más aún cuando se enteraron que estaba embarazada de tres semanas. Fue un hombre cercano a la pareja que declaró que “hacía rato que se llevaban mal, así que también da para sospechar que el bebé que estaba esperando no era de él”. En estos casos es esperado que se declare algo así sin ningún tipo de conocimiento sobre el epidosio, sólo guiándose por la imagen que se le adjudica a la mujer hoy en día de ‘come hombres’, de ‘infiel’, de ‘objeto sexual’, lo que motivó a este individuo a decir que ese embarazo había sido producto de una relación ocasional.

La verdad oculta

Los hechos están a la vista. ‘No se puede tapar el sol con un dedo’… ¿o sí?
Un hombre violento, enfermo de celos, denunciado anteriormente por Fátima. Familiares, amigos, amigas y hasta compañeros y compañeras de trabajo sabían del maltrato al que Fátima era víctima. El padre de Fátima, sostuvo que “la pareja de su hija la amenazaba y la volvía loca con los celos”. Sin embargo, la única versión que los medios se encargaron de barajar era que Fátima ‘había estado limpiando unos CD con alcohol y al mismo momento quiso prender un cigarrillo y se quemó’. Lo que muchos pasaron por alto es que el novio también tenía quemaduras en sus manos y nadie se encargó de investigar.
Los familiares, amigos y amigas de Fátima exigen justicia. Como gran parte de la sociedad que se encarga día a día de que la violencia de género sea ‘asunto de Estado’. Que de una vez por todas se tomen cartas en el asunto y que hechos así no ocurran más. Se pide y se exige políticas y medidas de prevención por parte del Estado. Una concientización de la sociedad entera acerca del maltrato del que son víctimas no sólo las mujeres sino las minorías sexuales, que exigen –pero no tienen- los mismos derechos que cualquier persona de este mundo. Pero mientras se siga minimizando casos como éste y siga habiendo Fátimas, esta sociedad seguirá por los cauces habituales de ignorancia, de falta de conciencia sobre la violencia de género y seguirá haciendo oídos sordos ante los reclamos. ¡Justicia por Fátima!
Díaz Lozano, Mariano

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